Hay veces que entre más deteriorado está el vehículo más nos motiva trabajar en él y con él. Con nuestras luces tratamos de devolverles efímeramente unos instantes más de vida, de brillo, de nostalgia.
Óxido y pintura cuarteada, muescas del lento caminar de las agujas, de frías noches y calurosos días.
Cuesta poco imaginar a este clásico surcando las carreteras nacionales.
Ese es el caso de este viejo camión Sava Austin del 64, abandonado ya hace muchos años a su suerte y a la intemperie. Sorprende ver cómo la linterna consigue despertar todavía esos colores verdes en la pintura de la cabina, a pesar que la parte trasera hacía tiempo que había desaparecido devorada por el óxido.

Buscando el encuadre del vehículo
En este caso, no hubo mucho dilema para decidir cómo encuadrar. Por el estado del vehículo era solo era posible o realizar la toma en 3/4 o una frontal. Desechamos esta segunda opción por la vegetación y por ser menos potente visualmente que la lateral con la rueda en primer plano.

Cómo se realizó la fotografía
Iluminación de la foto
Si normalmente me gusta iluminar la carrocería de los vehículos con luz fría, en este caso todavía más. El blanco conseguía «despertar» la pintura y las letras que todavía persistían en la carrocería. En este caso la carrocería, la rueda del primer plano y parte del suelo se iluminó con la misma linterna fría.
Para el resto de la iluminación volvimos apostar por luces cálidas, fijas en el interior y linterna en los faros. La parte inferior del camión usamos flash con gel naranja.
Debido a la baja cantidad de luz parásita, pudimos ajustar parámetros para permitirnos una exposición por encima de 1 minuto que nos permitiese iluminar con cariño sin dejarnos nada en una sola toma
Datos EXIF de la foto
- F5.6
- Tiempo 67 seg
- ISO400
- 12mm